Y pronto olvidarás el fugaz placer que encontraste entre sus piernas.

martes, 2 de abril de 2013

Miedo a la insatisfacción, mucha falta de valor.

Estoy cansada. No sé lo que está pasando entre nosotros, no tengo ni idea de lo que piensas, ni de lo que sientes. ¿Qué cojones? Tampoco tengo ni idea de lo que pienso yo. Quizá si dieses una mínima muestra de lo que quieres todo sería más fácil. Quizá si no tuviese miedo (y casi convicción) de lo que no quieres me atrevería a ir un poco más allá. Quizá si no fueras tan... ¿Reservado? No tengo muy claro que esa sea la palabra. Y mira que nunca me han ido los chicos reservados, pero desde que te conocí han cambiado muchos aspectos en mi modo de ver las cosas; quizá este es uno de ellos. Y la verdad es que no sé por qué. Quizá es porque nunca nadie me había hecho sentir así sin hacer absolutamente nada. O por tus miradas de reojo, tu ceja levantada y tu sonrisa de medio lado. No sé. Tampoco tengo claro lo que quiero exactamente, pero estoy segura de que quiero que tú estés conmigo. La pregunta es, ¿qué quieres tú?

No hay comentarios:

Publicar un comentario