A veces pienso que la gente se hace yonqui sólo porque su subconsciente anhela un poco de silencio

Elige la vida. Elige un empleo. Elige una carrera. Elige una familia. Elige un televisor grande que te cagas. Elige lavadoras, coches, equipos de compact-disc y abrelatas eléctricos. Elige la salud: colesterol bajo y seguros dentales, elige pagar hipotecas a interés fijo, elige un piso piloto, elige a tus amigos. Elige ropa deportiva y maletas a juego. Elige pagar a plazos un traje de marca en una amplia gama de putos tejidos. Elije el bricolaje y pregúntate quién coño eres los domingos por la mañana. Elige sentarte en el puto sofá a ver teleconcursos que embotan la mente y aplastan el espíritu mientras llenas tu boca de puta comida basura. Elige pudrirte de viejo cagándote y meándote encima, en un asilo miserable, siendo una carga para los niñatos egoístas y hechos polvo que has engendrado para reemplazarte. Elige tu futuro. Elige la vida. Pero, ¿por qué iba a querer hacer algo así? 
Yo elegí no elegir la vida. Yo elegí otra cosa. ¿Y las razones? No hay razones.
¿Quién necesita razones cuando tienes heroína?


















Trainspotting.

Vamos a evitarnos.

Siempre que abras tus libros viejos del colegio y veas mi nombre escrito en aquella página que no recuerdas cuál es, sonreirás y a la media hora, te darás cuenta de que has pensado tanto que no recuerdas ni qué día es. Saltarás a la calle, buscando recuerdos. Las farolas se mueven, hay mucho viento... Siempre que abras tus ojos grandes y veas mi sonrisa empapada en cerveza, y mis amigos a mi lado ocupando tu lugar, me recordarás, de pie en la barra, sonriendo y sabiendo que tú estás a mi espalda, pensando en lo mismo que yo. Es verdad, ¿para qué engañarnos? Somos dos imanes que nunca se unirán, pasarán los años y seguiremos... mirándonos.

Le has ganado mil pulsos al que te haya retado.

Es la persona a la que más me parezco del mundo, y a la vez la más distinta. Sería rica si me dieran un euro por cada vez que me han dicho que soy igual que ella, y no hay cosa que me guste más. Evidentemente, me encantaría llegar a ser como ella algún día. Es la persona más fuerte que conozco, la de la sonrisa preciosa, incluso cuando todo va mal. Es la que más me parte el alma cuando llora. La del olor a ella. La de los abrazos fuertes y cálidos, esos que te hacen pensar que todo va a ir bien. Y realmente, sé que nada malo puede pasar si ella está conmigo. Es el apoyo más grande que tengo, la persona en la que más confío del mundo, y la que sigue confiando en mí aunque la cague mil veces. Es la única persona que sé con certeza que no me va a abandonar, y aunque discuta con ella diez veces al día, aunque nos gritemos y luego nos arrepintamos, es la persona a la que más quiero del mundo, por la que lo daría todo y la que lo daría todo por mí, porque de hecho lo lleva haciendo 17 años. Y de verdad que no hay cosa que me de más miedo que perderla, porque realmente no sé que sería de mí sin ella.

Feliz día mamá, gracias por ser así y por quererme siempre, por ser la mejor. Te quiero muchísimo.

You hunted me down.

But I can't compete with a she wolf who has brought me to my knees, what do you see in those yellow eyes? Cause I'm fallin' to pieces...

Piensa que lo que ahora te parece un sacrificio se acabará convirtiendo en el mayor logro de tu vida.

La resignación es el suicidio cotidiano. Pero, paradójicamente, la solución a esa resignación es un suicidio a largo plazo. Quiero decir, no podemos conformarnos con lo que tenemos si no nos gusta, pero por otro lado, nadie nos asegura que vaya a salir bien el hecho de intentar cambiarlo. También dicen que el que no arriesga no gana, pero en este caso el riesgo es demasiado alto. Por tanto, la pregunta es: ¿merece la pena? Sí. Mi respuesta, indudablemente, es que sí. Lo que tenga que ser será, y si he de fracasar, fracasaré, pero lo que tengo claro es que no voy a darme por vencida sin ni siquiera intentarlo, porque eso, ya desde el principio, es un fracaso absoluto.

Miedo a la insatisfacción, mucha falta de valor.

Estoy cansada. No sé lo que está pasando entre nosotros, no tengo ni idea de lo que piensas, ni de lo que sientes. ¿Qué cojones? Tampoco tengo ni idea de lo que pienso yo. Quizá si dieses una mínima muestra de lo que quieres todo sería más fácil. Quizá si no tuviese miedo (y casi convicción) de lo que no quieres me atrevería a ir un poco más allá. Quizá si no fueras tan... ¿Reservado? No tengo muy claro que esa sea la palabra. Y mira que nunca me han ido los chicos reservados, pero desde que te conocí han cambiado muchos aspectos en mi modo de ver las cosas; quizá este es uno de ellos. Y la verdad es que no sé por qué. Quizá es porque nunca nadie me había hecho sentir así sin hacer absolutamente nada. O por tus miradas de reojo, tu ceja levantada y tu sonrisa de medio lado. No sé. Tampoco tengo claro lo que quiero exactamente, pero estoy segura de que quiero que tú estés conmigo. La pregunta es, ¿qué quieres tú?

Me vas a arruinar la vida.

Vuelvo a intentar dormir pero no me sale, esto no es para mí, déjate llevar. Los calores ya son salvajes y hace rato que empecé a sudar. Ríos de confusión y alardes de virilidad, litros de curiosidad, no te lo puedo negar. Llueve alrededor, no puedo cubrirme; vestir la verdad será mucho mejor, quédate con ganas. Te lo intenté decir, cometí un delito; no me pudiste oír, ahí no estabas tú. Si quizás este no es mi sitio, la culpa fue de tu actitud. Noches de Rock'n'Roll, reproches cargados de acción, miedo a la insatisfacción, mucha falta de valor...

A veces pienso que algo malo viene detrás.

Estoy cansada. De hacer como que no pasa nada, como que realmente sé lo que estoy haciendo con mi vida. De esa sensación de que no soy consciente de la movida en la que me estoy metiendo, pero de la que tampoco quiero salir. Me duele la cara de fingir sonrisas, me duele la cabeza de pensar demasiado. A veces pienso que esto no me va a llevar a nada, otras pienso que merece la pena. Y realmente no sé lo que estoy haciendo, ni lo que quiero, ni cómo ni cuando va a acabar esto. Pero me canso de poner buena cara a todo el mundo cuando lo que necesito es que me la pongan a mí, de ser simpática con la gente más egoísta y de pagar mis malos ratos con la gente que no se lo merece. Me canso, mucho, de todo, y de todos.

¿Cómo diablos se puede quererte tan fuerte?

Cada día, cada hora, cada pequeño momento. Cuando tengo ganas de reír, cuando quiero llorar o cuando sólo necesito mimos. En cada detalle estás tú, mirándome de reojo con esa sonrisa que me vuelve loca. Y no sería tanto problema si sólo me volviese loca tu sonrisa, pero además está cuando me abrazas con cuidado, cuando levantas la ceja o cuando no te callas hasta que te digo que no estoy enfadada. Cuando te pones medio celoso pero haces todo lo posible por disimularlo, cuando te lo digo y te pones rojo, y vuelves a sonreír, y... Me pierdo, me pierdo muchísimo. Aunque, en realidad, llevo ya perdida bastante tiempo.

Bailar con la muerte no es buen plan, yo prefiero que me mates tú a bailar.

¿Que qué quiero? Quiero levantarme por las mañanas y ver tu cara nada más abrir los ojos, quiero que me llames todos los días, que te preocupes si no estoy bien, que me preguntes, que me llames princesa, que me abraces, que me beses, que te pongas celoso de otros chicos. Quiero tenerte cerca, que intentes hacerme reír, que te mueras por verme todos los días, que no llegues tarde, que salgas únicamente para verme a mí, que no dejes de lado a tus amigos por mí, que vivas cada día como si fuese el primero, que me digas te quiero cuando lo sientas... Quiero vivir un sueño, nuestro sueño.

Quérote.

A nosotros no se nos puede aplicar eso de "Hoy te quiero más que ayer, pero menos que mañana". No nos queremos más, ni menos, ni mejor, ni peor; nos queremos diferente. De una manera especial, quizá un tanto difícil, en secreto o a distancia, de una manera que me encanta. Tengo la ligera sensación de que esto no termina nunca, y no sé si es por ti, por mí o por los dos. Puedo vivir sin ti, de hecho lo hago constantemente, pero no puedo vivir sin la certeza de que estás en alguna parte, a casi 400 km, recordándome con una canción o deseando verme, tal y como hago yo. Me gusta pensar que de vez en cuando, sin venir a cuento, piensas en mí y se dibuja una sonrisa en tu cara. Me gusta cuando te ríes de mí, y cuando te ríes conmigo; me gusta cuando me dices que estoy muy guapa y cuando me llamas fea. Me gusta hacer lo prohibido, y más si es contigo.

Ahora no puedo seguir.

Ya no sé que hacer, qué pensar, no sé ni lo que siento. A lo mejor sólo soy la tonta que escucha y da consejos, y quizás debería dejar de hacerlo, pero no puedo. No puedo, es superior a mí. Todo lo que tenga que ver contigo es superior a mí. Cada vez que intento engañarme pensando que te estoy olvidando, apareces con algo nuevo que me hace darme cuenta de que cada día estoy más perdida. Y dicen que si no admites las cosas, acaban desapareciendo, pero no es verdad. Porque por mucho que me cueste reconocerlo, he llegado a un punto en el que te quiero tanto que hasta me duele.

Morir peleando.

Y cuanto más acelero, más me arrepiento. No me equivoqué al escoger el tiro perfecto en la ruleta rusa, ni al apoyarme en cada farola para poder besarte; supongo que tampoco me equivoqué al decirte que me has hecho aprender más que ninguna persona en catorce años, que después de tanto sin sentido, llegan las caricias en la espalda. Que tanto mirar hacia delante hace que no veas las piedras del camino y que en cierto modo, prefiero tropezarme con piedras, levantarme y verte de frente que sentir que eres tú la puta piedra.





Gracias Ángela (@ARDLP).

Rompiste mis esquemas.

Una vez construí un muro. Escondí mi corazón detrás de él y me prometí que nada ni nadie iba a ser capaz de romperlo. Era el muro más duro y estable que había construido nadie nunca. Y duradero, ¡anda si era duradero! Hasta que llegaste.
Al principio se descorchó un poco. ¿Y luego? Le empezaron a salir agujeros. No le di importancia, lograría reconstruirlo. O eso pensaba. Lo dejé estar, hasta que un día me di cuenta de que estaba demasiado roto para arreglarlo. No había vuelta atrás. ¡Y yo que pensaba que era un muro bien fuerte! Quizás el fuerte eres tú...
Y hoy... bueno. Se podría decir que hoy de mi muro, por no quedar, ni siquiera quedan escombros.

Los sueños son las únicas mentiras que pueden dejar de serlo.

 

Todo el mundo tiene sueños. De una forma o de otra, todos tenemos esperanzas, y sinceramente creo que todos deberíamos perseguirlas. Soñar es gratis, dicen. Lo que no es tan fácil es echarle un par de cojones e intentar cumplir esos sueños. Siempre deseamos más de lo que tenemos, aunque no nos resulte verdaderamente necesario, pero ¿por qué no hacerlo? Por supuesto que siempre habrá alguien que esté peor que tú, pero no por eso vamos a dejar de luchar por lo nuestro. Y no, no es egoísmo ni egocentrismo, es simplemente afán de superación, aunque está claro que no todas las situaciones son iguales. ¿Y qué? Sólo fracasas cuando dejas de intentarlo, y yo desde luego no estoy dispuesta a fracasar.

¿Año nuevo, vida nueva?

¡Los cojones, vida nueva! Yo quiero seguir emborrachándome cada sábado, gritando hasta quedarme afónica, bailando hasta que me duelan los pies y fumando hasta acabar la cajetilla. Quiero reírme con ellas, llorar con ellas y que todo siga tal y como ha sido este año. Quiero seguir viéndote cada día y que me revoloteen mariposas por el estómago, y sonreír como una idiota cada vez que me miras.
No quiero que las cosas cambien este año, ya cambiaron lo suficiente el pasado. ¿Lo único que pido? Que lo mejor del 2011 sea lo peor del 2012.

Quiero ser a la que recuerdas cuando llegas al fondo de cada botella.

Y que el corazón se te salga por la boca cuando me ves llegar, tal y como me pasa a mí. Quiero que vuelvas rosas mis días grises y que me dejes perderme en tus ojos marrones. Quiero vivir cada día como si fuera el último, o el primero, pero vivirlo. Quiero que me abras las piernas y no el cielo, pero que lo hagas cada noche. Quiero mil fotos, paseos, copas, chupitos. Quiero que pienses en mí cuando suena esa canción. Quiero darte más besos que estrellas saldrán hoy, que me abraces en mis días malos y me prometas que todo va a salir bien. 
Quiero muchas cosas, pero por encima de todas ellas, te quiero a ti.

Has conseguido convertirme en la chica más triste de toda la ciudad.

Y te dicen que te olvides, que no es bueno para ti, que no te conviene. Y lo peor es que lo sabes, sabes que es verdad y sabes que tienen razón. Sabes que debes desengancharte, poner distancia, intentar olvidarle. Sabes lo que tienes que hacer y que decir, sabes que es lo correcto aunque te cueste un enfado, sabes que tiene que ser así. 

Y sin embargo, no puedes. No puedes, no puedes, no puedes. Eres capaz de hacer puenting sin cuerda antes de hacer algo que pueda alejarte de él. No puedes, y no paras de repetírtelo. Es como la heroína, sabes que es mala, que acabara jodiéndote la vida, y aún así, eres adicta. Es de esas cosas que no puedes controlar, aún sabiendo el daño que puede hacerte eso.

Haré cena para dos, te cantaré una canción...

Una mirada fugaz entre un montón de gente, una sonrisa tímida cuando suena esa canción, un beso a cambio de un cigarro, una conversación sobre todo y nada un domingo por la mañana, una tontería que me hace reír, una imagen que me hace llorar, una borrachera compartida... Una locura, una locura que me encanta.

Hasta las trancas.

Atontada. Perdida. Soñadora. Optimista. Pesimista. Feliz. Triste. Risueña. Llorona. Boba. Tímida. Lanzada. Borracha. Temerosa. Loca. Desquiciada. Impaciente. Cabreada. Celosa.
Enamorada.

¿Por qué apartas la mirada si te pillo mirándome otra vez?

Te quiero. Quiero decirte por qué te quiero. Te he querido desde que te conocí, pero no me he permitido sentirlo realmente hasta ahora.

El eslabón más frágil y pequeño de entre un montón de gigantones.

A veces me pregunto si lo estoy haciendo bien. Si realmente me sirve de algo ir a contracorriente, llevar la contraria a todo el mundo que no entiende mis motivos. Siento que las cosas no cambian, y que puedo intentar mil cosas diferentes, que no voy a conseguir nada. Pero siempre llega un gesto, una sonrisa, una palabra de apoyo, que me hace sentir idiota por pensar de esa forma. Y me siento tan frágil, tan pequeña, tan dependiente de esas personas, que realmente me aterra el hecho de perderlas, de quedarme sola de nuevo. Pero he optado por no pensar de esa forma, por preocuparme del presente y únicamente del presente. Coño, que la vida es muy corta, pero la noche es muy larga.

Que la vida son dos días y tres cafés.

Ni calma ni pollas, ni miedo, ni lágrimas, que el llorar sirve de poco, y el gritar para quedarte afónica. El reír para arrugarte, y el soñar para flipar. El comer para engordar y el beber para mear. Las fotos están para borrarlas, y los recuerdos para hacer daño, las canciones para cantar y el cantar para que llueva. La lluvia para encerrarte y para encerrarte mucha paciencia, la paciencia para el estudio y del estudio para llegar a lo más alto, ¿y de allí? a lo más bajo. Jamás y te digo ya, que jamás tendrás lo que quieres, porqué si lo quieres es, porqué no lo tienes, y si no lo tienes es porqué ya lo has tenido. Porqué si lo has tenido te importaba y si te importaba lo has perdido porqué lo dices en pasado.

Just remember I'll be by your side.

Shake up your tired eyes, the world is waiting for you.

Dime lo que quieres que sea y lo seré por ti.

-Estás borracho.
+Sí, lo estoy. Y tú preciosa. Pero por la mañana, yo estaré sobrio... y tú, seguirás estando preciosa.

Por verte sonreír he vuelto yo a perder.

Y entonces te das cuenta de lo mucho que te gusta en realidad. Cierra los ojos & le miras con cara de idiota porque sabes que no se da cuenta. Te pilla, se ríe,  y te derrites. Escuchas esa canción que un día calificó como "vuestra" e inexplicablemente te entran ganas de llorar. Ganas de llorar que aumentan cuando te cuenta que se ha pillado para que le aconsejes, sin darse cuenta de que cada vez que pronuncia su nombre te destroza por dentro. Y te aguantas. Le echas narices y piensas que mientras esté bien, sea con quien sea, lo demás da igual, pero que como le hagan daño te convertirás en la más zorra de la ciudad. Y te tragas el orgullo, como haces siempre, porque eres tonta. Porque él te vuelve tonta.

¿Las normas? Para saltárselas.

¿Cómo coño quieren que me porte bien? Si de pequeña veía que Tarzán andaba desnudo, Cenicienta llegaba a medianoche, Pinocho mentía, Batman conducía a 320 km/h, la Bella Durmiente era una vaga, Blancanieves vivía con 7 tios, Caperucita no le hacía caso a su madre, Betty Bop iba vestida como una fulana, Pulgarcita tiraba migas por todas partes, Candi Candi tenía dos novios, Popeye fumaba hierba y todos vivieron felices para siempre... Por favor, ¡no me jodas!

Que el fin del mundo te pille bailando.

Que a partir de ahora voy a vivir mi vida como no lo he hecho hasta ahora. Me voy a reír de todo, y si tengo que llorar que sea de alegría. Voy a fumar todo lo que pille, me voy a beber hasta las copas de los árboles. Voy a tomar decisiones sin preguntar a nadie, voy a pensar en mí y voy a aprovechar cada momento junto a las personas que me importan. Que ya me cansé del qué dirán, de preocuparme por la gente y que nadie se preocupe por mí.
Que la vida son dos días, y yo me pienso quedar de empalmada.

Hoy no somos putas, hoy somos princesas.

-Lo voy a hacer. A partir de ahora voy a ser una zorra.
Nos miramos y nos echamos a reír.
-¿Qué ocurre?-preguntó.
-Que ya lo eres.

Y si te estresan, hazte un peta y me lo cuentas.

Es normal que bebamos demasiado, es normal que fumemos de todo, que tengamos mala actitud y que queramos follar como conejos. Somos un desastre, yo soy un desastre, y pretendo seguir siéndolo hasta los veintitantos, tal vez hasta los treinta. Nadie puede quitarme eso.

Crazy little thing called love.

-¿Y sabes lo que más me molesta? Que te estoy empezando a querer.
+¿Y por qué te molesta?
-Porque tengo miedo a perderte.
+¿Y por qué tienes ese miedo?
-Porque sé como eres.
+Pero si me estás empezando a querer es por como soy, ¿no te das cuenta? No puedo cambiar, porque si no ya no me querrías. Por eso soy así.

¿Cómo diablos se puede tener tanta suerte?

 Hace ya tiempo que no estamos divididos, algo sobraba cuando echamos a volar.

Que aquí lo malo en algo bueno se convierte.

Se esfumaron los problemas cuando yo fumé de más.

Drink my beer and smoke my weed, but my good friends is all I need.

Que ni lo más fuerte sea capaz de hacerte daño.

Sé el tipo de mujer que cuando pongas tus pies en el suelo cada mañana, el diablo diga: "Mierda, se despertó"

¿Cómo diablos se puede quererte tan fuerte?

Ganas de mirarte cada minuto. Ganas de besarte, de tocarte el pelo, de abalanzarme sobre ti cuando te tengo delante. Ganas de hacerte reír cuando estás mal, de abrazarte si tienes frío, de decirte la falta que me haces. Ganas de hacer lo imposible juntos, ganas de atreverme a todo si estás a mi lado. Ganas de olvidarme de todo lo que un día me hizo daño. Ganas de reírnos hasta que nos duela la tripa, de vivir cada día como si fuera el último, o el primero, o el que sea, pero vivirlo.
Ganas de tenerte. Ganas de ti.

Pasado pisado.

Dicen que todo lo bueno se acaba, pero prefiero pensar que si es así, es porque algo mejor tiene que empezar. Me he equivocado muchas veces en mi vida y no tengo ningún problema en reconocerlo, pero realmente pienso que esta no ha sido una de esas veces. Siendo sincera he de decir que me he planteado muchas veces si estaba haciendo las cosas bien, pero cada día que pasa estoy más segura de que he hecho lo correcto. Que ya eran muchas broncas, muchas malas caras, y soy la primera que sé cuando algo tiene que parar. ¿Lo echo de menos? No, ya no. He añorado muchas cosas, pero creo que ahora puedo decir sin miedo a equivocarme que he encontrado algo mejor.

Imposible es un principio si se ve el final.

-¿Crees que alguna de esas historias tendrá un final feliz? 
+Los finales felices son historias sin acabar.

Ciudadanos de un lugar llamado mundo.

Vivimos en un mundo de apariencias, de gente que intenta ser lo que no es, de ignorantes que creen que lo saben todo. Un mundo en el que es más importante una boda que ha costado más dinero que el que mucha gente tendrá jamás que un dictador asesino. Un mundo en el que la gente se avergüenza de cometer errores sin pararse a pensar que sin ellos no aprenderíamos a hacer las cosas bien.
 La gente que no mata da lecciones sobre vida, y en realidad ninguno tiene ni puta idea de lo que está haciendo. Todo el mundo dice que es necesario cambiar el mundo, pero nadie mueve un dedo por hacerlo, y me incluyo. Que sí, que el mundo es una mierda, pero al fin y al cabo, siempre nos acabamos adaptando.

Qué bien estoy, quién me lo diría.

 Me resbala si follas o si fallas, si estudias o prefieres trabajártelas. Si odias los domingos o si vas hablando mal por ahí de mí. Si eres victoria o fracaso, si te sigue faltando cerebro o si te sigue sobrando de ahí abajo.

Voy a capturar nuestra historia en tan sólo un segundo.

Desde aquí, desde mi casa, veo la playa vacía; ya lo estaba hace unos días, ahora está llena de lluvia. Y tú ahí sigues, sin paraguas, sin tu ropa, paseando, como una tarde de julio pero con frío y tronando. ¿Se puede saber que esperas? ¿Que te mire y que te seque? ¿Que te vea y que me quede tomando la luna juntos? La luna, tú y yo expectantes a que pase algún cometa o baje un platillo volante. Y la playa llora y llora y desde mi casa grito que aunque pienso en abrazarte, que aunque pienso en ir contigo, el doctor me recomienda que no me quite mi abrigo, que no esté ya más contigo... 

Estudié mientras dormías y aún repaso las lecciones, una a una, cada día. Yo no puedo aconsejarte, ya es muy duro lo que llevo, dejemos que corra el aire y digámonos adiós. Aunque sigas suspirando por algo que no era cierto, me lo dicen en los bares, es algo que llevas dentro. Que no dejas que te quieran, sólo quieres que te abracen y publicas que no tuve ni valor para quedarme. Yo rompí todas tus fotos, tú no dejas de llamarme, ¿quién no tiene valor para marcharse? ¿Quién prefiere quedarse y aguantar? Marcharse y aguantar...

Nada se deja al azar.

Las cosas no son secuenciales, el bien no lleva al bien. El mal no lleva al mal. Hay quien roba con total impunidad y vive como un rey, otros mienten y engañan y salen elegidos, otros paran para ayudar a un motorista y los atropella un camión. No hay explicación para eso. Cómo juegas tus cartas es lo único que importa.

Forma parte de tu vida.

Al crecer aprendemos que incluso quien menos se suponía que nos defraudaría probablemente lo haga. Te partirán el corazón, seguramente más de una vez, y cada vez es más duro. Tú también romperás corazones, así que acuérdate de cómo te sentías cuando alguien te lo rompió a ti. Te pelearás con tu mejor amigo e incluso puede que te enamores de él. Culparás a tu nuevo amor por cosas que hizo uno anterior. Llorarás porque el tiempo pasa demasiado rápido y tarde o temprano perderás a alguien cercano.
Así que haz muchas fotos, ríete mucho, y ama como si nunca te hubieran herido, porque cada 60 segundos que pasas enfadado o molesto es un minuto de felicidad que nunca recuperarás.
Creo que todo ocurre por una razón: las personas cambian para que puedas aprender a dejarlas marchar, las cosas salen mal para que puedas apreciarlas cuando salen bien, te crees mentiras para que tarde o temprano no aprendas a confiar en nadie sino en ti mismo y... algunas veces las cosas buenas terminan para que algo mejor pueda empezar.

A veces pienso que algo malo viene detrás.

No son buenas epocas, todo me confunde, y siento que ya nada es igual. Soy feliz, o eso creo, pero siento que me falta algo. Las cosas han cambiado demasiado, y a veces pienso y digo "Me gustaria dar un paso atrás , me gustaría disfrutar de todo aquello que quizá me perdí, y que nunca mas podré volver a hacer." Pienso que he tenido una infancia “feliz”, pero siempre ha habido algo que me ha faltado, y me ha impedido sentirme bien. Por eso quiero empezar algo nuevo, pero sin borrar y olvidar mi pasado. No voy a llorar por cosas que no tengan un porqué, quiero enmendar mis errores, y aprender de ellos, ahora pretendo que todo salga bien. Pero de repente siento que no puedo, porque veo que eso no es tan fácil, veo que hay cosas que dependen de mi felicidad , me veo colgando de las manos de esa gente que siempre esta ahí a mi lado, y que no permiten que yo me caiga. Se que estáis ahí para los buenos  y malos momentos y siempre me habéis apoyado, pero a veces paro y pienso que vosotros no siempre estaréis a mi lado, que si no hago algo puedo perderos, y que sería la última cosa que yo querría en este mundo. 

 En esos momentos son en los que me siento afortunada de alguna forma cuando pienso en la gente que no tiene amigos ni nadie con quien pasar un triste sábado, pero al mismo tiempo pienso que podría ser algo más, que tengo que conseguir lo que quiero y que he de ser fuerte tal y como todos me veis, una chica alegre y divertida sin ningún problema aparente. No soy de esa gente que llora por las esquinas, pero de alguna manera eso tampoco es positivo, porque muchas veces la gente no se da cuenta de que , yo también lloro. también soy débil y tengo mi pequeño corazoncito. Muchas veces no me gusta sentir que mi ánimo depende de con quien esté , o de cómo le caiga a la gente, pero así es. Sin ellos yo no sería ni la mitad de lo que soy. Supongo que se lo tengo que agradecer y lo hago pero me sigo sintiendo poco. El eslabón mas frágil y pequeño de entre un montón de gigantones…

La vida es menos puta si estás a mi lado.

Quiero verte a mi lado. Sentir tu respiración en mi oreja y que un escalofrío recorra mi cuerpo. Quiero agarrarte y no soltarte nunca. Quiero que seas mío.








Me jugaría la boca por morder tus labios...

Personas.

La mayoría de las personas pasarán por tu vida sin dejar una marca demasiado especial. Una sonrisa, dos besos, una calada de un cigarro que alguien insignificante le ha dado. Conoces a alguien, te causa buena impresión y crees que vais a ser amigos para toda la vida. Y no, a las dos semanas le ves por la calle y ni siquiera recuerdas de qué le conoces. Pero es normal, no todo el mundo tiene la capacidad de llegar a lo más profundo de ti, no todo el mundo sabe lo que te pasa con solo mirarte, no todo el mundo puede convertir seis horas aburridas en un día perfecto.

Pero ellos sí. Ellos sí son capaces de hacerte reír por cualquier chorrada, de hacer de cada cumpleaños una fiesta que no sería lo mismo si faltara alguno. Ellos sí saben cuando necesito un abrazo o una sonrisa, o simplemente cuando quiero estar sola. Ellos significan mucho para mí, aunque no siempre se lo demuestre, aunque pague mis malos días con ellos. Son mucho más de lo que cualquiera pueda pensar, son de las pocas personas a las que puedes llamar amigos sin miedo a equivocarte, son todo lo que actualmente, necesito para ser feliz.

Quejas.

No me gusta tener que madrugar cinco días de siete. Odio que llueva cuando tienes un buen plan en la calle. Detesto que la gente sea cabezota & pierda las cosas que le importan por orgullo. Mataría a las niñatas que se creen mayores por fumar en los baños del colegio. Odio no enterarme del cambio de hora & levantarme a las 10 pensando que son las 11. No me gusta que los profesores den clase hasta y veinte cuando el recreo es a y cuarto. Detesto confundir la sombra de un pájaro con la de un balón & agacharme de forma estúpida. Odio estar media hora en la barra de un bar para pagar, y sentirme luego culpable por haberme ido sin hacerlo. Torturaría hasta la saciedad a todas esas personas cuya cultura musical se basa en Justin Bieber y Miley Cyrus. 
Pero sobre todo, odio que, con la cantidad de cosas que no me gustan en el mundo, no se me ocurran más para poner aquí.
























Virginia, gracias por tu ayuda :)

Recuerdos.

Me acuerdo de aquellos días en los que el cine costaba 4,50, como mucho. Cuando con un "por mí y por todos mis compañeros" eras el rey del patio. Recuerdo cuando los enfados se solucionaban con un beso que te obligaban a darte, cuando lo mejor que podías hacer un domingo por la mañana era ir a la Plaza Mayor a cambiar cromos. Aquellos tiempos en los que todo el daño que te podías hacer era rasparte las rodillas porque te habías enganchado los pies en la goma, cuando el deseo más ansiado para todos era tener el bolso mágico de Doraemon. Esas noches sin dormir por culpa del coco, o del hombre del saco, o del monstruo de debajo de la cama. Esos días en los que mamá hacía fácil lo imposible. Cuando un bocadillo de nocilla era el mayor manjar que pudieras imaginar, y una tarde viendo dibujos animados el mejor plan del mundo.

Y porque no, aquellos días en los que hacías colonia casera con las hojas de menta de la vecina ;)


Son, al fin y al cabo, recuerdos.

Inicios.

La sonrisa de Mona Lisa es fruto de una tarde de aburrimiento, de una frase que siempre me ha gustado. Es la ilusión de poder escribir absolutamente todo lo que me pase por la cabeza, tal y como a mí me guste. Es el alivio de saber que siempre me queda un sitio para desahogarme, para quejarme y para criticar todo aquello que no me parece bien, que no es poco. Es una forma de expresarme, de decir lo que me de la gana, y que se prepare más de uno ;)
Este blog progresará, supongo. Sin prisa pero sin pausa, a su debido tiempo, como se deben hacer las cosas. O bueno, quizás no.
Nunca se sabe.





Gracias Laura, por ser la única que me lee (de momento, espero), y por todo.